Hallowen

Mi "geme" y yo salimos él sábado; esperando a un amigo que venía de un pueblo estuvimos hablando del acontecimiento del día. Ella había visto a su camarero (porque por lo que se ve nos parecemos tanto que hasta en nuestros Affaires se nos pone a las dos a la vez el tema en plan hostelero). Pues bien, su camarero se ha ido de Córdoba a Barcelona, y ella llevaba dos meses sin verlo. Nos lo encontramos de frente por la calle y ella se quedo tan paralizada que sólo atinó a darle dos besos...y casi tuvo que salir corriendo. Rompió a llorar en cuanto doblamos la esquina. Como pocas veces la he visto llorar, como pocas personas la han visto llorar, como ella me vio llorar a mi por "mi" camarero. Llorar a mares, y sin respiración, sin que te importe el maquillaje o la gente que pasa a tu lado por la calle y te mira con cara rara (como si ellos no llorarán vaya). Nos cansamos de esperar a nuestro amigo y subimos cada una a nuestra casa (bueno, yo a la de mi abuela, que fue donde dormi)

El domingo, la noche de hallowen, después de un perol en mi casa con la familia y de disfrazarme de bruja con mi primo pequeño, mi chiquitín, Santi; volvimos a salir, más que nada porque el día anterior entre la lluvia y que nuestro amigo se olvido un poco de nosotras, teníamos ganas de irnos de fiesta (y de ver los disfraces de la gente). Fuimos a cenar en "La tapita" y luego a "Góngora", "Bambudha" y finalmente Tribuna (todos son pubs de Córdoba) con mi Manu, que cada día lo quieroo más :) Estando en "Tribuna" mire mi movil, y encontre cuatro llamadas perdidas y un SMS : " Eeeeoooooooo, donde stais?..." Era él. Nos recogió, llevo a mi "geme" a su casa y a mi a la mía. Estuvimos desde las 2:45 a.m. hasta las 7:20 a.m. en su coche, en mi puerta. Hablamos de miles de cosas, con él nunca falta tema de conversación. Siempre tiene una anécdota nueva que contarte.Me contó entre otras cómo terminó con su última novia... ahora entiendo muchas cosas, muchas actitudes suyas.
No se me puede ni si quiera pasar por la cabeza tener lo más minimo con él, aunque obviamente me encantaría. Sólo puedo esperar que el tiempo actue y ponga las cosas en su lugar. Ojalá me empiece a ver con otros ojos y se de cuenta de todo lo que puedo dar. Y poder ser yo misma totalmente, dejar de estar tan pendiente de todo y de tener esta ansiedad. Poder darle un beso cuando me apetezca y que a él siempre le apetezca también, y que sea delante de quien sea (¿qué más me dara a mi lo que digan los demás?) Como el beso que tanto le cuesta darme al despedirse pero que al final consigo, y consigue acostarme con una sonrisa (aunque fueran las 7:20 de la mañana) :)