Lágrimas

Prometí que no volvería a quedar con él. Lo prometí. Prometí que no volvería a enredarme, que ya he sufrido bastante, que ya no me iba a importar nada que no fuera yo misma. Lo prometí...pero está visto que es imposible.
La misma tarde en la que mi "geme" y yo hablamos de ello, solamente minutos después de criticarme como creo que nunca lo hice, de criticarlo a él por volver con ella, de criticarla a ella por pensar que jugaba con él...esa misma tarde...me tuvo que decir que quedáramos. Y yo tonta de mí, me refugie en el pensamiento de que tenía que afrontarlo con naturaleza, que no podía tomar la posición de "mujer despechada", porque al fin y al cabo no puedo ocupar ese puesto (y en todo eso me olvidaba de que tampoco tenía derecho a criticarlos porque volvieran...no tenía nada que ver conmigo).
Pues quede con él, y no se si por casualidad o no, decidió que fuéramos a dar una vuelta por la judería (digo lo de la casualidad, porque días antes, mi geme, quería que le aconsejáramos que hacer para la cita que tenía con su -ex; y ¿adivináis que fue lo que yo dije? ...que para mí una cita muy romántica y barata era ir a dar una vuelta por la judería...y sí...se que el lo oyó...es una certeza...verdad verdadera...como las de Yoigo).
Lo esperé en la parada de autobús y nada mas llegar ya me hizo saltar del asiento del susto que me dio...solamente con el típico "BUH"(¿otra cosa para cambiar?, el ser tan miedica...).
Me dijo lo de ir a la judería y acepte. Fuimos hasta la mezquita (mi adorada mezquita) y la contemplamos con una sonrisa en la boca, como siempre. Y paseamos por el patio de los naranjos, añorando el olor a azahar de la primavera. Cuanto falta para volver a ver todo lleno de flores... cuanto frío, lluvia o incluso nieve tendremos que ver caer antes de volver ha sentir rayos de Sol reales calentando nuestra blanca piel.
Al salir de la mezquita nos fuimos hasta el los jardines del huerto del palacio de Orive.
El sabia que estaba rara...me conoce...a veces me conoce el más a mi que yo a mi misma.
Me estuvo preguntando que me pasaba durante toda la tarde...y al final lo averiguo.
En el parque nos dijimos lo que ya tantas veces nos hemos dicho...que le quiero y quiero estar con él...y que me quiere, pero que no puede estar conmigo.
Soy su hermana, si, esa frase que nadie quiere oír también me la dijo, que me ve como a una hermana, con la que estaría toda la vida...pero una hermana.
Lloré...llore mucho...empecé la conversación diciéndole que se quitara las gafas para verle los ojos y al final fui yo quien me puse las mías para que no me viera llorar. Aunque estaba llorando, y daba igual que me pusiera las gafas, las lágrimas tienen ese problema...que se cuelan por todos lados. Por eso puedes sentirlas en el corazón.
Dejamos las cosas aún más claras si cabe...y le dije que simplemente me había disgustado un poco que hubiera vuelto con ella tan rápido...pensé que se tenía que hacer más el duro, para que, si volviera con ella fuera porque ella se lo hubiera ganado.
Pero, ¿quién soy yo para decir si ella se lo ha ganado o no?
Al final volvimos a bromear como siempre, y a reírnos a carcajadas de lo absurdo de nuestra situación. En realidad es lo que mejor se nos da hacer en común, reírnos, bueno y pelearnos como críos y hacer como que estamos tremendamente molestos por lo que nos ha hecho el otro.
Y entonces es cuando de verdad pienso hasta yo, que somos como hermanos y que así es como debe de ser. Al menos por ahora.
Subimos hasta las Tendillas y le puse mi "cara de las preguntas". Que es una cara que va acompañada de un tono de voz característico...en plan "¿Te puedo hacer una pregunta?".
Creo que el mejor adjetivo es inocente, sí, es una cara y un tono de voz inocente.
Después de la risa y del "Ya empezamos...haber que quieres ahora" le pregunte que si no había pensado nunca que yo quizás tenía cosas que ella no tenía.
Sonrió, y me dijo: " Te voy a decir algo, que, después de lo que hemos hablado, no estoy seguro de que sea muy buena idea contártelo, pero te lo diré...creo que tienes todas y cada una de las cualidades que tiene que tener alguien con quien yo quiera estar. Pero no te veo como a una novia...no sé, sería muy raro."
Sonreí, y le dije: "Está bien, dejemos el tema, pero sólo te digo una cosa, no sé cuando ni como pero tú y yo algún día tendremos algo, más o menos serio, pero lo tendremos".
Enmudecimos...y tres segundos después nos echamos a reír como niños.
No sé si se cumplirá lo que dije, pero bueno, es un presentimiento y al fin y al cabo el presentimiento de que cortarían se cumplió.
Vinieron mis Ladies, casi todas por una vez, las del instituto y las del barrio, y luego vino ella. Estuvimos muy bien, no me puedo quejar, y hasta me quede en casa de Pink a dormir.
Ya no quiero pensar más, ya no quiero especular con lo que pueda o no pasar. Él es feliz, y eso me hace feliz a mi, y ella esta vez se esta comportando mucho mejor que otras veces.
Así que ya está, todo esta bien, o al menos no está mal del todo.
Vivamos lo que nos esta pasando, porque por bueno o malo que sea sólo lo viviremos así una vez.
Las lágrimas se cuelan entre los recovecos, pero no hay que temer, ellas mojan, pero también sanan, también purifican todo lo que tocan. Ellas salen de nosotros para sacar el dolor. Pero también lo hacen a veces para manifestar nuestra alegría. También llorare complacida entonces, porque también me llegará ese momento.